De tanto en tanto y bajo ciertas circunstancias, hoy a mis 35 años, quisiera que las cosas volvieran a ser como eran antes, que alguien se haga cargo de todo y que yo sólo me dedique a pasarlo bien. Alguno podrá decir: “pero si es así!! confía en Dios, Él se hará cargo de todo!!” No obstante, hasta donde mi conocimiento de Dios llega y hasta donde la experiencia me ha permitido aprender, la soberanía de Dios, muchas veces mal entendida y explicada, no llega al nivel de convertirme en un parásito de la deidad, irresponsable y manipulable. El libre albedrío, otro tema mal entendido y mal enseñado, me permite todo un rango de decisiones en las cuales muchas veces cometeré errores de los que tengo que aprender y otras tantas decisiones acertadas de las que aprenderé bastante menos.
Conozco gente que no les gusta la idea de tomar decisiones responsables. Ellos preferirían orar y ayunar 40 días, luego darse de latigazos y que al final bajara un ángel con todo el plan escrito de manera tal de sólo ponerlo en ejecución y así tener el éxito garantizado!
Otros viven en constante paranoia y ven en cada año ciertos “decretos” que se cumplirán de parte de dios (las minúsculas son intencionales). La atención puesta en el medio oriente y la sensación de querer ser la última generación. Para ellos, las señales de los tiempos tienen que ver con el “escatón”, el cumplimento del tiempo en el sentido macro.
Pero ¿cómo proyectarnos sin caer en la irresponsabilidad infantil de los que viven “al día” y tampoco en los paranoicos que buscan conspiraciones “iluministas” en los gestos de los predicadores de moda o que un plan “celestial” nos caiga en las manos? 2013… señales
Llega un nuevo fin de año y en el colectivo social se instala la idea de reflexionar en el año que pasó. Son muy pocos lo que lo hacen, algunos sólo llegan al punto de revisar fotos, moquear un rato (arte de llorar con la mucosa nasal “relajada”) y hacer compromisos que se irán a la basura la tercera semana de Enero, pero son pocos los que se toman en serio el considerar el tiempo en el que viven y desde ahí mirar y analizar lo vivido y lo porvenir, tanto a nivel sociológico, teológico y personal.
La Biblia nos muestra un caso que me parece particularmente llamativo:
“Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!” - Mateo 16:2-3
El contexto del pasaje habla de una “señal” del “cielo” que le es solicitada a Jesús. Ese “cielo” que en el circunloquio de la comunidad mateana significaba “Dios”, es astutamente cambiado por Jesús al hablarles del cielo en términos meramente atmosféricos, la misma palabra griega, ouranou, en dos acepciones totalmente diferentes.
El contexto remoto del pasaje pone a Jesús luego de varias muestras de poder y de procedencia divinas, entre ellas la alimentación de los 5000, pero la intención de la “señal” solicitada no es recibir evidencia alguna, es simplemente fastidiar. Jesús les dice de alguna manera: “Ustedes son capaces de considerar las señales del tiempo atmosférico pero son ciegos a la hora de considerar las señales de los tiempos que viven.”
Esto me lleva a preguntarme: ¿estoy considerando mi existencia en virtud de los tiempos que corren? ¿estoy siendo ciego al pedirle a Dios que me de una señal? en consecuencia que las señales están ahí listas para ser “leídas”!!
Es necesario considerar los tiempos en los que vivimos como individuos, como familias, como sociedad, como planeta, como iglesia de Cristo! Ante tanta falta de ejercicio en esta área bien podría yo llevar a cualquier iglesia a un sociólogo y ponerle a hablar en frente, convirtiéndolo, sin querer, en más profeta que aquellos que se jactan de serlo.
Proyecciones
Todos tenemos el deber de proyectar lo que sucederá, al menos en el plano especulativo y así poder instalar los temas oportunamente en la discusión y no de manera reactiva.
Sin ir más lejos, el año 2013 nos trae a los chilenos un par de cuestiones que serán polémicas: los resultados del censo 2012, en donde “todos” los evangélicos aspiran a transformarse en una fuerza política al mostrar el claro crecimiento en la última década. Verlo de esa forma me resulta una falta de análisis atroz! No queremos unirnos en pos de la evangelización pero si en pos de poner gente en lugares de gobierno? Acaso no advertimos que junto con crecer en número, la corrupción moral del país ha crecido aún más? La última pregunta admite muchas lecturas, todas ellas interesantes, pero emocionarnos con el mero resultado numérico de un censo es una bobería.
El otro tema que se instalará es el relacionado a las elecciones parlamentarias y presidenciales y el desfile camaleónico evangélico en pos de lograr notoriedad gratis, sin argumento más que la obtención de favores políticos. Es cierto, hay cristianos en política que son preparados y consecuentes, pero ellos aún son clara minoría frente a las arpías que buscan posiciones de poder.
A nivel Latinoamericano se vienen otros temas como la situación de salud del presidente Chávez. Recuerden los que leen, si Chávez llega a fallecer producto del cáncer que le aqueja, van a saltar los sionistas cristianos interpretando el hecho como un castigo de Dios sobre aquellos gobernantes que le quitaron el apoyo a Israel. Dios enferma de cáncer a los que no apoyan a Israel… ¡qué Dios más amoroso!
Detengámonos en medio de nuestro tiempo y veamos las proyecciones, hagamos los análisis correspondientes y proyectemos un cristianismo relevante.
Hoy hay dos grupos que se alzan con aún incipiente fuerza, los esotéricos y los ateos/escépticos. Ambos grupos tienen una amplia gama de sabores pero en ambos encontraremos a cristianos decepcionados, algunos decepcionados de la espiritualidad ofrecida en las iglesias que los cobijaron, otros decepcionados de las respuestas infantiles que les ofrecieron frente a las “grandes preguntas de la vida”. En el último grupo el factor común es que se trata de cristianos decepcionados de segunda o tercera generación, esos que cuando sus padres se convirtieron o sus abuelos, eran llevados a las iglesias como parte de la experiencia de vivir la fe en familia, pero era una fe que respondía al “momentum” de los padres de familia y no de los hijos. Eso nos lleva a la pregunta: ¿estamos dando respuestas valiosas a nuestros niños? A esos niños que saben manejar un smartphone mejor que tu, esos niños que surfean en la web como si jugaran en el patio de la casa, esos niños que se criaron con el Discovery Kids encendido 24 hrs al día?
Dos historias son importantes en este análisis, historia de la iglesia, es importantísimo considerarla y adoptar lo mejor de ella, e historia universal, pues no estamos suspendidos en un vacío, hay hechos y corrientes de pensamiento que nos han llevado hasta donde estamos hoy parados. Sin embargo hay una tercera historia que interactúa con ambas y que es aún más importante… tu historia! Porque vives, respiras, eres historia, haces historia! Construye la mejor que puedas este 2013!
Piensa… te va a gustar!
Sobre el autor:
César Soto es un pastor chileno que acompaña a la gente de Dichato, una de las zonas costeras chilenas más afectadas por el terremoto y tsunami del 2010 en Chile. Es profesor part time del Centro de Reflexión Teológica del Sur (Concepción). César se considera un aprendiz de esposo, aprendiz de padre, aprendiz de teólogo, aprendiz de pastor...
Sitio web de César: Caldo de Cabeza
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