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Los miedos afloran cuando menos los esperas, creo que surgen en momentos cuando crees que eres fuerte y lo puedes todo, amenazan hasta las "seguridades" más fundamentales, pero doy gracias que me invitan a dejar de verme y escuchar a Jesús. Me doy cuenta de mi fragilidad y lo vulnerable que soy cuando veo el gran proyecto de Dios en este mundo, y al ver mis incapacidades en cosas tan sencillas como el amar siguiendo el modelo del Maestro, caigo en cuenta de mi profunda necesidad de Dios y del descanso en él.
Resulta que para los discípulos a quienes Jesús habla, su mundo no era tan diferente. Justo al principio de este capítulo de Lucas, Jesús les está advirtiendo sobre la hipocresia de los líderes religiosos y más adelante les advierte acerca de la ambición. Los amigos y las amigas de Jesús, sus discípulos/as tenían miedo, pero Jesús les recuerda que al único a quien deben rendirse es a Dios, y que finalmente Dios tiene cuidado de ellos, y hasta de los detalles más insignificantes. "¿No se venden 5 gorriones por dos moneditas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos.", les dice Jesús.
Después les habla acerca de la ansiedad y la preocupación por los elementos básicos, y en un contexto de hambres, sequías, una injusta distribución de la riqueza y de corrupción, estas palabras de Jesús pueden quedarse en el aire. El mundo no ha cambiado, ahora le agregamos la amenaza del calentamiento global y la sobreexplotación de recursos naturales con sus consecuencias nefastas, y los seguidores de Jesús podemos tener miedo. Por esos sus palabras me retumban con fuerza. "No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino."
La promesa es que Dios tiene cuidado de su pequeño rebaño, él es el buen pastor, que cuida, alimenta, viste y protege a los suyos. "No tengan miedo..." nos dice ahora y ante esas palabras y el encuentro personal con él, no podemos vivir sólo para nosotros mismos y nuestros deseos egoistas, al confiar, le cedemos el control, queremos su voluntad, amamos al prójimo como a nosotros mismos y confiamos en Su bondad...
Sobre la autora:
Alejandra Ortiz es de Tijuana, México y comparte la vida con Abdiel. Es Licenciada en Historia y estudia Teología en Regent College en Canadá. Trabaja como obrera estudiantil a tiempo completo en Compa, México, pero actualmente se encuentra en sabático de estudios.
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