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Al ver tanto entusiasmo me pregunto si quienes desean conquistar el mundo con sus ideas innovadoras saben cuáles son los mecanismos subrepticios del sistema económico que gobierna nuestro mundo. ¿Sabrán? ¿Sabrán que el mundo está tan mal gracias a los logros de muchos emprendedores sin sentido de justicia social?
Si los nuevos modelos de emprendimiento no van a tener en cuenta la injusticia y la «obscena» desigualdad social de nuestro mundo se corre el riesgo de replicar los viejos patrones de los «depredadores sociales». Ya no merecerán ser llamados emprendedores, sino depredadores. Es urgente, por lo tanto, insistir en lo que ya muchos están hablando: en educar para el emprendimiento social de carácter ético (Bernardo Kliskberg lo hace muy bien). Yo añadiría a la ética, el talante político y la resistencia profética que tan ausentes ha estado en los procesos universitarios, sobre todo en las instituciones privados. Porque, como lo expresé el 16 de febrero en mi cuenta de Twitter:
El #emprendedurismo sin justicia social no es más que el nuevo rostro del "salvese quien pueda"
— Harold Segura (@haroldsegura) febrero 16, 2014
Sobre el autor:
El pastor y teólogo Harold Segura es colombiano, radicado en Costa Rica. Director de Relaciones Eclesiásticas de World Vision América Latina y El Caribe y autor de varios libros. Anteriormente fue Rector del Seminario Teológico Bautista Internacional de Colombia.
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