"Entonces los justos le contestarán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento y te dimos de comer y beber? ¿Cuándo llegaste como un extraño y te recibimos en nuestras casas? ¿Cuándo te vimos sin ropa y te la dimos? ¿Cuándo estuviste enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?"
Mateo 25:37-39
(La Palabra, Sociedad Bíblica de España, 2010)
Imagen: Pixabay |
Las personas que hacen estas preguntas son los justos. ¿Lo observaron? Sí, fueron ellos; los que atendieron a los hambrientos, recibieron a los forasteros, les dieron ropa a los andrajosos y fueron a las cárceles para visitar a los que estaban presos. Todo eso lo hicieron sin darse cuenta de que en cada persona necesitada se habían encontrado con Jesús. ¡Qué sorpresa!
Las preguntas son hechas por el grupo de los solidarios, los generosos y filántropos. Sirvieron a la humanidad sin percatarse de que habían servido a Jesús quien está presente en el rostro de las personas que sufren. Verdad profunda que amerita más que una breve meditación.
El otro grupo que se presenta más adelante hace las mismas preguntas (25:44-45), pero las hace como una excusa endeble por su falta de solidaridad. Los primeros recibieron en propiedad el reino que estaba preparado para ellos y se les invitó a vivir cerca del Señor ("Venid, benditos de mi Padre"), a los otros se les negó esa presencia ("Apartaos de mi"). A los primeros se les dio como recompensa la presencia de Dios… de la que ya habían disfrutado mientras servían, aunque sin ser conscientes de ella.
Surge la pregunta, entonces, acerca de ¿dónde podemos experimentar hoy la presencia de Dios en este mundo? Hay quienes piensan que está en el templo; allí acuden para encontrarse con Él. También hay quienes opinan que se encarna en personas especiales que han recibido dones extraordinarios; por eso van tras ellos. Otros prefieren creer que Dios se hace presente en los ritos, en los objetos misteriosos o en ciertos lugares privilegiados. Pero, no, él está más cerca. Está allí no más; en la habitación del hospital. Está enfermo y espera nuestra visita.
Para seguir pensando:
"El sentido más hondo del compromiso con el pobre es el encuentro con Cristo"
Gustavo Gutiérrez M. (Teólogo peruano)
Vale que nos preguntemos:
¿Qué planes podría hacer en estos días siguientes para visitar a una persona enferma, o a una que está en la cárcel, o para dar alguna ayuda económica a una persona que lo necesite?
Oración:
Padre nuestro que estás en los cielos, estás allá, lejos, en la inmensidad de tu Universo, pero también cerca, muy cerca, en la calidez de nuestras relaciones con nuestros semejantes, sobre todo entre los que sufren y padecen las miserias de este mundo. Dame, Señor, la sencillez para encontrarte cada día, aquí cerca donde tú estás.
Amén
El pastor y teólogo Harold Segura es colombiano, radicado en Costa Rica. Director de Relaciones Eclesiásticas de World Vision International y autor de varios libros. Anteriormente fue Rector del Seminario Teológico Bautista Internacional de Colombia.
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