“El humanismo- que en términos más sencillos implica la creencia en la unidad de la raza humana y en el potencial del hombre para perfeccionarse a través de sus propiosErich Fromm (1900-1980) a través de mucho de sus libros examina este tema como por ejemplo en: El humanismo socialista, El amor a la vida, Psicoanálisis de la religión, Las cadenas de la ilusión, Y seréis como dioses, El Dogma de Cristo.
esfuerzos- tiene una larga y variada historia que se remonta a los profetas hebreos y los filósofos griegos” - Erich Fromm
Los libros de los profetas y los salmos fueron una fuente de inspiración para Fromm aún después de haber abandonado la práctica de la religión judía. En su libro “Y seréis como dioses” realiza una interpretación de esa tradición judía en la cual se educó.
Lo conmovían los escritos de Isaías, Amós y Josué, no por sus premoniciones y anuncios de calamidades sino por la promesa de la llegada del juicio final, momento en el cuál las naciones transformarían las armas en arados, las lanzas en podaderas y dejarían de empuñar la espada contra otras naciones. Pero los profetas también les anunciaban a los hombres que podían encontrar las respuestas a su existencia en el amor y la razón, y que éstas estaban estrechamente vinculadas a otros dos valores fundamentales: la humildad y la justicia.
Pero hubo otros pasajes de la Biblia que también impactaron hondamente en Fromm como la desobediencia de Adán y Eva, la súplica de Abraham ante Dios para que salvara a los habitantes de Sodoma y Gomorra, y la misión de Jonás en Nínive, todos ellos merecieron reiteradas menciones en sus escritos.
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Los profetas bíblicos anunciaban la verdad, eran quienes, en nombre de Dios, presentaban a los hombres las alternativas para que ellos decidieran de acuerdo a su conciencia, también les advertían sobre las consecuencias que les traería cada una de esas opciones, pero luego dejaban que fueran los propios hombres los que adoptaran sus decisiones, es decir, que eran ellos quienes debían asumir su responsabilidad ante la historia. Así como los profetas anunciaban la existencia de un único Dios también ponían el acento en las cuestiones inherentes al comportamiento en la vida cotidiana. Del Antiguo Testamento se desprende que el hombre tiene tanto la capacidad para hacer el bien como para hacer el mal, y que debe optar entre ellos Según la interpretación de Fromm de los libros sagrados el papel de Dios en la historia no consistía en intervenir en los acontecimientos humanos, su participación se limitaba a enviar a sus mensajeros que anunciaban la existencia de Dios y que el fin del hombre era hacerse semejante a El, es decir defender el amor, la verdad y la justicia. Además de mostrarles las opciones, también alzaban su queja cuando los hombres se desviaban del camino trazado por Dios, la función del profeta no era meramente espiritual también se preocupaba por las Fromm mostró en sus trabajos como el concepto del Dios fue variando desde ser un Dios autoritario que no aceptaba y castigaba violentamente cualquier desobediencia a uno mucho más comprensivo de las debilidades humanas. Dios continuaba castigando y premiando le otorgaba al Hombre la posibilidad de ser libre pues la norma más alta de su desarrollo es la libertad. Un aspecto primordial fue la lucha de los profetas contra los ídolos, la idolatría provocaba que los hombres concluyeran siendo esclavos, pues someterse a ellos implicaba adorar cosas materiales, perdiendo en ese proceso la identidad y la
En la profecía de Miqueas no sólo desaparecerá la guerra sino que también el miedo, pero esto sólo podrá ser realidad cuando nadie tenga el poder ni el deseo de atemorizar a los demás. Ni siquiera el hombre necesitará del concepto de Dios, aún cuando cada pueblo pueda seguir creyendo en el suyo, pero donde el fanatismo religioso habrá desaparecido, el hombre habrá obtenido la paz y libertad y por lo tanto importará muy poco cuales sean las ideas que la Humanidad utilice para describir sus valores supremos. El tiempo mesiánico también expresará la universalidad del hombre y por lo tanto éstos dejarán de destruirse mutuamente y se superará la división entre las naciones, cuando llegue ese tiempo el hombre podrá ser plenamente humano y dejarán de existir los conceptos de “extranjero” y de “pueblo elegido”. “El será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra”. Nos dice su biógrafo, Rainer Funk, que la visión de una paz universal y la idea de armonía entre las naciones lo conmovieron desde muy temprano a los 12 o 13 años, posiblemente su interés en la paz y en el internacionalismo radicaba en su condición de niño judío en un ambiente cristiano y viviendo episodios transitorios de antisemitismo, además debe considerarse que la Primera Guerra Mundial lo afectó profundamente.
Durante la conflagración se vio sorprendido por la actitud de conocidos suyos que de pacifistas convencidos pasaron en poco tiempo, a ser fervorosos partidarios de la guerra, desde entonces sospechó del argumento que las armas servían para preservar la paz.
Los profetas enseñaban que los hombres debían practicar dos de las principales cualidades que caracterizaban a Dios, es decir, el amor y la justicia. “Ese es el ayuno que yo amo oráculo del Señor- soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo, cubrir al que veas desnudo.” Isaías 58: 6-7).
Erich Fromm fue un profeta contemporáneo que nos ha ayudado mucho a entender nuestras sociedades de consumo. Como los profetas bíblicos a anunciado y denunciado las injusticias. También ha anunciado y proclamado la esperanza de una nueva sociedad, más humana, más justa, más solidaria, más libertaria. Hoy más que nunca es necesaria su lectura y discusión de los temas que estudió.
Sobre el autor:
Víctor Rey es chileno, radicado en Ecuador. Coordinador de Relaciones Inter institucionales de la Fundación Nueva Vida en Quito. Egresado del Seminario Teológico Bautista de Santiago de Chile, posteriormente se recibió de Profesor de Filosofía en la Universidad de Concepción. En 1989 obtuvo la Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Alberto Hurtado (ILADES), Chile, y en 1993 el Master en Comunicación Social en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica.
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