El Kairós de la Misión Integral - 10 tesis

Por Flávio Conrado, Brasil 

Imagen: Pixabay
Cuando tenía un año
Estaba empezando.
Cuando tenía dos años,
Yo era casi nuevo.
Cuando tenía tres,
Mal era yo mismo.
Cuando tenía cuatro,
No era mucho más.
Cuando tenía cinco,
Estaba despertando.
Pero ahora que tengo seis,
Soy el más experto de los expertos.
Entonces, creo que voy a seguir
Teniendo siempre seis años.
- A. Milne

1. La Teología de la Misión Integral ha acompañado millares de cristianos evangélicos en su caminata teológica, pastoral y misional en las últimas cuatro décadas, de un ethos fundamentalista y pietista tributario de las iglesias evangélicas norte-americana del cual son derechos heredados, para un ethos más encarnado, de diálogo, abierto y relacional, en contexto de las realidades social, económica, política y cultural latinoamericana.

2. La TMI son en verdad, actualmente, versiones diversas enraizadas en la praxis de millares de personas, iglesias locales, organizaciones sociales, movimientos, liderazgos, conscientes o no, articuladas o no, esparcidas en Brasil y en América Latina (y en desarrollo  en otros continentes), que ni siquiera dependen de la dirección o práctica de líderes o de la producción teológica de espacios como la Fraternidad Teológica Latinoamericana (FTL), el espacio más consolidado de su (re)producción.

3. Sin embargo, así como en otros momentos de la historia, la articulación y proposición de una espiritualidad encarnada en nuestra realidad latinoamericana, tal cual propuesta por la Teología de la Misión Integral, discutida y diseminada por organizaciones como la FTL y otras, también toma cuerpo en otras expresiones teológicas (con sus discursos y prácticas particulares) que influencian la sociedad y la cultura en la dirección de una mayor incorporación de un ethos que señala los valores evangélicos de justicia, igualdad, paz y reconciliación. La TMI no camina sola, tiene varias hermanas que están construyendo su propia historia y una trayectoria bonita en nuestro continente, como la Teología Feminista, la Teología de la Liberación, la Teología Negra, la Teología Decolonial etc.

4. Las comunidades evangélicas, como evocado por Harold Segura en su carta abierta a los padres fundadores de la Teología de la Misión Integral (TMI), en octubre pasado en el Portal Protestante Digital, en el contexto de los últimos años, en su mayoría han sucumbido, bajo el liderazgo alineado de políticos evangélicos y líderes eclesiales (de neo-iglesias y también de las consideradas históricas), a una imaginación políticamente reaccionaria y de ante diálogo y moralmente ultraconservadora, en el contexto de reflujo de la prosperidad económica reciente, generando también una crisis con contornos sociales y políticos gravísimos, en el tapete de escándalos de corrupción, con consecuencias en el campo de la ética, de la justicia y de la política en dimensiones inesperadas.

5. En lo que se refiere a Brasil, y parece ser verdad para otros contextos de América Latina, el escenario que se presenta para las demandas relacionadas a transformaciones culturales inclusivas y pluralistas, encuentra en la amplia presencia evangélica (de matiz conservador) en la política, en los medios de comunicación y en las periferias, un desafío ineludible. El periodo post-redemocratización recolocó en la agenda pública muchos temas que desafían la mentalidad conservadora y reaccionaria típica del tradicionalismo en Brasil, ampliándose en la última década y media en razón de gobiernos comprometidos con los derechos humanos y pautas morales no conservadoras.

6. La polarización ideológica que fue ganando cuerpo en Brasil, y las pinceladas contradictorias que esos mismos gobiernos hicieron a los sectores evangélicos para conquistar  votos y ampliar su base de sustentación en el legislativo, fomentó una confrontación abierta entre progresismo y conservadorismo / reaccionarismo evangélico, recolocando fantasmas antiguos (“izquierda comunista”, “ideologización de la fe”) y creando nuevos (“ideología de género”, dictadura gayzista” etc.) en las disputas narrativas en las redes sociales y en el campo de la teología y pastoral.

7. Esos nuevos hechos, en la medida en que coloca nuevos desafíos para TMI, han revelado la incapacidad de organizaciones y liderazgos a ella vinculadas de  ofrecer una visión bíblico-teológica y ética - anclada en el compromiso con los valores que alimentan esta tradición evangélica latinoamericana - alternativas a los que sucumbieron al poder por el poder y a la vieja política en los más distintos espacios sociales, asumiendo posiciones coherentes y estratégicamente consensuadas  ante el solapamiento del Estado de Derecho en diferentes contextos, sea en la amenaza a su laicidad sea en el cuestionamiento de sus fundamentos democráticos y republicanos y que exprese al mismo tiempo solidaridad a los segmentos de la población que se encuentra aún excluidos (bajo viejas y nuevas formas) y sin amparo debido a las ideologías desarrollista que insisten en permanecer en el ideario político de las últimas décadas, a pesar de los claros y amplios avances logrados por varios gobiernos en la región.

8. Con el desarrollo de esa nueva ola conservadora con matices fundamentalistas y reaccionarios muy fuertes en las iglesias evangélicas de América Latina, incluso redefiniendo el propio significado de esta identidad, las provocaciones de Harold Segura ofrecieron una oportunidad única a los espacios vinculados a este movimiento de buscar profundizar la reflexión sobre cómo lidiar con estas nuevas realidades, agendas y desafíos urgentes del continente a partir de su propia y particular contribución al protestantismo latinoamericano. Ellas también expresaron una discusión teológica ya presente en los márgenes de la FTL y en las nuevas generaciones de evangélicos comprometidos con la Misión Integral en diferentes espacios ministeriales y de praxis misional. Estas voces desafían la TMI a, por un lado, profundizar su reflexión  teológica a partir de nuevas miradas hermenéuticas; Y, por otro, a considerar seriamente el contexto sociopolítico latinoamericano en su actual complejidad, incorporando nuevas pautas y desafíos de esta realidad (diversidad cultural y étnica, pluralismo religioso, derechos sexuales y reproductivos, tecno ciencia, diversidad sexual y de género, seguridad pública ciudadana, gestión de las ciudades, cambios climáticos, entre otras). El interés despertado en la conversación que sucedió  en Facebook en  la publicación del artículo de Harold Segura, especialmente en Brasil, y las reacciones estructuradas de nuevos artículos y comentarios argumentativos, demuestran  que estamos delante de un kairós para la Teología de la Misión Integral.

9. En la medida en que las confrontaciones se alzan y muchos paradigmas teológicos (que incluso animaron la militancia de sectores de evangelismo progresista como la TMI) parece estar agotándose, urge pensar y articular la (re)creación de un protagonismo teológico que busque, por un lado, ampliar su vocabulario hermenéutico, buscando incorporar en las narrativas discursivas y en la práctica del evangelismo de la Misión Integral la agenda amplia de derechos de este siglo; y por otro lado, reorganizar las instancias de diseminación cultural y religiosa de esas narrativas teológicas, en diálogo con la reorganización de los sectores interesados en esas agendas, a fin de formar y/ o fortalecer nuevos liderazgos evangélicos comprometidos con la integralidad de la misión, crear nuevos procesos y canales de comunicación con los liderazgos, las comunidades y creyentes evangélicos, y potencializar la voz de ese segmento en los espacios de producción y reproducción de sentido del Brasil contemporáneo, especialmente con el uso de tecnologías y lenguajes en los medios de comunicación.

10. En respuesta a este animado debate y desafíos apremiantes, World Vision Brasil está facilitando la organización de un encuentro en esa semana (8 a 10 de marzo), en Sao Paulo, con la finalidad de promover una conversación presencial y amplia con un grupo representativo de organizaciones y agentes vinculados a la TMI. Estoy entre ellos por mi trayectoria y vínculo por tantos años a esa perspectiva  misionológica - de la cual soy deudor en muchas iniciativas con las cuáles colaboré y aprendí -, que esperan verdaderamente que ese encuentro sea capaz de producir un nuevo paradigm shift en el modo como la TMI es practicada y reflexionada, tal cual aquél que los “padres fundadores” nos permitieron mirar con una mirada renovada y radical el proyecto de Jesús de Nazaret. Al rehusarse a una “virada hermenéutica” en ese sentido, ella probablemente estará condenada, irremediablemente, a  ser capturada por el Establishment evangélico en una forma de misionología que nos condena una vez más al pasado, que insiste en repetirse como farsa.


Sobre el autor:
Flávio Conrado es un antropólogo brasileño, editor, traductor, asesor y activista de los derechos humanos. Tiene una Maestría en Sociología y Antropología (UFRJ), Doctor en Antropología Cultural (UFRJ) y pos doctorado en la Universidad de Montreal, Quebec. Desde la década de los 90s, ha participado en los movimientos de Paz y Desarme, Derechos Humanos, Derechos de la Niñez y Diálogo/Cooperación Interreligiosa en Brasil y América Latina. Creador del Festival Reimaginar. Editor en la Editora Novos Diálogos, integra el Consejo Directivo de la organización Christian Peacemaker Teams (Equipos Cristianos de Acción por la Paz) y de la plataforma regional Servicios Pedagógicos y Teológicos.



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