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Cuando
tenía un año
Estaba
empezando.
Cuando
tenía dos años,
Yo
era casi nuevo.
Cuando
tenía tres,
Mal
era yo mismo.
Cuando
tenía cuatro,
No
era mucho más.
Cuando
tenía cinco,
Estaba
despertando.
Pero
ahora que tengo seis,
Soy
el más experto de los expertos.
Entonces,
creo que voy a seguir
Teniendo
siempre seis años.
- A. Milne
1. La Teología de la Misión Integral
ha acompañado millares de cristianos evangélicos en su caminata teológica,
pastoral y misional en las últimas cuatro décadas, de un ethos fundamentalista
y pietista tributario de las iglesias evangélicas norte-americana del cual son
derechos heredados, para un ethos más encarnado, de diálogo, abierto y
relacional, en contexto de las realidades social, económica, política y
cultural latinoamericana.
2. La TMI son en verdad, actualmente,
versiones diversas enraizadas en la praxis de millares de personas, iglesias
locales, organizaciones sociales, movimientos, liderazgos, conscientes o no,
articuladas o no, esparcidas en Brasil y en América Latina (y en
desarrollo en otros continentes), que ni
siquiera dependen de la dirección o práctica de líderes o de la producción
teológica de espacios como la Fraternidad Teológica Latinoamericana (FTL), el
espacio más consolidado de su (re)producción.
3. Sin embargo, así como en otros
momentos de la historia, la articulación y proposición de una espiritualidad
encarnada en nuestra realidad latinoamericana, tal cual propuesta por la
Teología de la Misión Integral, discutida y diseminada por organizaciones como
la FTL y otras, también toma cuerpo en otras expresiones teológicas (con sus
discursos y prácticas particulares) que influencian la sociedad y la cultura en
la dirección de una mayor incorporación de un ethos que señala los valores
evangélicos de justicia, igualdad, paz y reconciliación. La TMI no camina sola,
tiene varias hermanas que están construyendo su propia historia y una trayectoria
bonita en nuestro continente, como la Teología Feminista, la Teología de la
Liberación, la Teología Negra, la Teología Decolonial etc.
4. Las comunidades evangélicas, como
evocado por Harold Segura en su carta abierta a los padres fundadores de la Teología de la Misión Integral (TMI),
en octubre pasado en el Portal
Protestante Digital, en el contexto de los últimos años, en su mayoría
han sucumbido, bajo el liderazgo alineado de políticos evangélicos y líderes
eclesiales (de neo-iglesias y también de las consideradas históricas), a una
imaginación políticamente reaccionaria y de ante diálogo y moralmente
ultraconservadora, en el contexto de reflujo de la prosperidad económica
reciente, generando también una crisis con contornos sociales y políticos
gravísimos, en el tapete de escándalos de corrupción, con consecuencias en el
campo de la ética, de la justicia y de la política en dimensiones inesperadas.
5. En lo que se refiere a Brasil, y
parece ser verdad para otros contextos de América Latina, el escenario que se
presenta para las demandas relacionadas a transformaciones culturales
inclusivas y pluralistas, encuentra en la amplia presencia evangélica (de matiz
conservador) en la política, en los medios de comunicación y en las periferias,
un desafío ineludible. El periodo post-redemocratización recolocó en la agenda
pública muchos temas que desafían la mentalidad conservadora y reaccionaria
típica del tradicionalismo en Brasil, ampliándose en la última década y media
en razón de gobiernos comprometidos con los derechos humanos y pautas morales
no conservadoras.
6. La polarización ideológica que fue
ganando cuerpo en Brasil, y las pinceladas contradictorias que esos mismos
gobiernos hicieron a los sectores evangélicos para conquistar votos y ampliar su base de sustentación en el
legislativo, fomentó una confrontación abierta entre progresismo y
conservadorismo / reaccionarismo evangélico, recolocando fantasmas antiguos
(“izquierda comunista”, “ideologización de la fe”) y creando nuevos (“ideología
de género”, dictadura gayzista” etc.) en las disputas narrativas en las redes
sociales y en el campo de la teología y pastoral.
7. Esos nuevos hechos, en la medida
en que coloca nuevos desafíos para TMI, han revelado la incapacidad de
organizaciones y liderazgos a ella vinculadas de ofrecer una visión bíblico-teológica y ética -
anclada en el compromiso con los valores que alimentan esta tradición
evangélica latinoamericana - alternativas a los que sucumbieron al poder por el
poder y a la vieja política en los más distintos espacios sociales, asumiendo
posiciones coherentes y estratégicamente consensuadas ante el solapamiento del Estado de Derecho en
diferentes contextos, sea en la amenaza a su laicidad sea en el cuestionamiento
de sus fundamentos democráticos y republicanos y que exprese al mismo tiempo
solidaridad a los segmentos de la población que se encuentra aún excluidos
(bajo viejas y nuevas formas) y sin amparo debido a las ideologías
desarrollista que insisten en permanecer en el ideario político de las últimas
décadas, a pesar de los claros y amplios avances logrados por varios gobiernos
en la región.
8. Con el desarrollo de esa nueva ola
conservadora con matices fundamentalistas y reaccionarios muy fuertes en las
iglesias evangélicas de América Latina, incluso redefiniendo el propio
significado de esta identidad, las provocaciones de Harold Segura ofrecieron
una oportunidad única a los espacios vinculados a este movimiento de buscar
profundizar la reflexión sobre cómo lidiar con estas nuevas realidades, agendas
y desafíos urgentes del continente a partir de su propia y particular
contribución al protestantismo latinoamericano. Ellas también expresaron una
discusión teológica ya presente en los márgenes de la FTL y en las nuevas
generaciones de evangélicos comprometidos con la Misión Integral en diferentes
espacios ministeriales y de praxis misional. Estas voces desafían la TMI a, por
un lado, profundizar su reflexión
teológica a partir de nuevas miradas hermenéuticas; Y, por otro, a
considerar seriamente el contexto sociopolítico latinoamericano en su actual
complejidad, incorporando nuevas pautas y desafíos de esta realidad (diversidad
cultural y étnica, pluralismo religioso, derechos sexuales y reproductivos, tecno
ciencia, diversidad sexual y de género, seguridad pública ciudadana, gestión de
las ciudades, cambios climáticos, entre otras). El interés despertado en la
conversación que sucedió en Facebook
en la publicación del artículo de Harold
Segura, especialmente en Brasil, y las reacciones estructuradas de nuevos
artículos y comentarios argumentativos, demuestran que estamos delante de un kairós para la Teología de la Misión
Integral.
9. En la medida en que las
confrontaciones se alzan y muchos paradigmas teológicos (que incluso animaron
la militancia de sectores de evangelismo progresista como la TMI) parece estar
agotándose, urge pensar y articular la (re)creación de un protagonismo
teológico que busque, por un lado, ampliar su vocabulario hermenéutico,
buscando incorporar en las narrativas discursivas y en la práctica del
evangelismo de la Misión Integral la agenda amplia de derechos de este siglo; y
por otro lado, reorganizar las instancias de diseminación cultural y religiosa
de esas narrativas teológicas, en diálogo con la reorganización de los sectores
interesados en esas agendas, a fin de formar y/ o fortalecer nuevos liderazgos
evangélicos comprometidos con la integralidad de la misión, crear nuevos
procesos y canales de comunicación con los liderazgos, las comunidades y
creyentes evangélicos, y potencializar la voz de ese segmento en los espacios
de producción y reproducción de sentido del Brasil contemporáneo, especialmente
con el uso de tecnologías y lenguajes en los medios de comunicación.
10. En respuesta a este animado
debate y desafíos apremiantes, World Vision Brasil está facilitando la
organización de un encuentro en esa semana (8 a 10 de marzo), en Sao Paulo, con la
finalidad de promover una conversación presencial y amplia con un grupo
representativo de organizaciones y agentes vinculados a la TMI. Estoy entre
ellos por mi trayectoria y vínculo por tantos años a esa perspectiva misionológica - de la cual soy deudor en
muchas iniciativas con las cuáles colaboré y aprendí -, que esperan
verdaderamente que ese encuentro sea capaz de producir un nuevo paradigm shift en el modo como la TMI es
practicada y reflexionada, tal cual aquél que los “padres fundadores” nos
permitieron mirar con una mirada renovada y radical el proyecto de Jesús de
Nazaret. Al rehusarse a una “virada hermenéutica” en ese sentido, ella
probablemente estará condenada, irremediablemente, a ser capturada por el Establishment evangélico
en una forma de misionología que nos condena una vez más al pasado, que insiste
en repetirse como farsa.
Flávio Conrado es un antropólogo brasileño, editor, traductor, asesor y activista de los derechos humanos. Tiene una Maestría en Sociología y Antropología (UFRJ), Doctor en Antropología Cultural (UFRJ) y pos doctorado en la Universidad de Montreal, Quebec. Desde la década de los 90s, ha participado en los movimientos de Paz y Desarme, Derechos Humanos, Derechos de la Niñez y Diálogo/Cooperación Interreligiosa en Brasil y América Latina. Creador del Festival Reimaginar. Editor en la Editora Novos Diálogos, integra el Consejo Directivo de la organización Christian Peacemaker Teams (Equipos Cristianos de Acción por la Paz) y de la plataforma regional Servicios Pedagógicos y Teológicos.
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