Mostrando entradas con la etiqueta Teología latinoamericana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Teología latinoamericana. Mostrar todas las entradas

Las nuevas eclesiologías funcionales

En homenaje a Juan Stam (1), en sus 90 años
Por Harold Segura
 
Imagen: Pixabay
Las preguntas que formula la teología no tienen otro fin que procurar que las iglesias examinen su fidelidad al Evangelio que predican y la fe que dicen representar.
Soy pastor bautista; de los de antes (si, de los viejos), de los que creen que la congregación es la autoridad administrativa de la iglesia (y no el pastor) y que, por lo tanto, los congregantes tienen el derecho a preguntar, proponer, supervisar y discutir los asuntos financieros y administrativos, entre otros. “El pastor es de la iglesia y no la iglesia del pastor”, reza un viejo adagio entre nosotros, los “pastores a la antigua”.

La misión (integral) en su laberinto: algunas notas para una teología (pos)misional

Por Isaac Palma, Brasil  

Un joven periférico en el reino de la misión integral 

Imagen: Pixabay -  CC0 Public Domain
Nada parece más absurdo que un rico convencer a un pobre que existen injusticias sociales. Los discursos aprisionados en sus sitios de poder dispersan lógicas y accionan símbolos. El convencimiento, polisémico, inserta alguien en un nuevo mundo, pero las ideas son siempre indomables y nadie puede coordinar sus efectos.

Una iglesia llena de jóvenes, un lenguaje totalmente nuevo para mí. Un paradigma que se anunciaba de una perspectiva totalmente nueva. Aquel que enuncia un mensaje, a veces, condensa en si ciertos aspectos del mismo mensaje, un joven pastor jugaba con ciertos símbolos, y exprimía para su audiencia un mensaje que alcánzame, proclamaba con algunas palabras difíciles que el Reino de Dios era una dimensión también existencial. El “ya y el todavía no” declamaba con contundencia necesaria. Yo con mis amigos, quedámonos boquiabiertos con tal novedad que cayó delante nosotros.

“Se destapó la olla”: ¿qué hacemos con la misión integral?

Por Nicolás Panotto, Argentina y Chile
Imagen: Pixabay -  CC0 Public Domain
Como bien dijo Érika Izquierdo, después de las Cavilaciones de Harold Segura dirigida a los Padres de la Misión Integral (MI) y las reacciones que suscitó, no hay vuelta atrás. “Se destapó la olla”, como se suele decir ¡Y bienvenido sea! ¡Ya era hora! Como bien se ha mencionado, las palabras de Harold no representan algo nuevo ya que muchos/as venimos hablando, dialogando y compartiendo ideas similares. Pero estamos en una coyuntura singular, un “signo de los tiempos” que hace que la situación requiera de un giro radical, ya que dichos cuestionamientos no devienen de ningún vicio por la abstracción sino que emerge de las mismas tripas de la indignación sobre lo que está sucediendo con la iglesia evangélica en el continente.

Despierta, Neo... Acojonamientos, osadías y delirios provocados por la Carta de Harold Segura “Cavilaciones públicas ante mis..."

Por Erika Izquierdo Paiva, Perú y USA


Al parecer, Harold Segura decidió tomar la píldora roja [1]. Y por todo lo que se ha desatado desde que su artículo salió publicado,  la “Matrix” de las últimas versiones de la Misión Integral ha quedado en evidencia, y no existe retorno.

Por supuesto ya han aparecido, y seguirán apareciendo, los discursos de negación de las y los adictos a la píldora azul. Pero otros, agradecemos a todos los mártires evangélicos de que sea nuestro hermano Harold, al fin, el que se haya animado a levantar públicamente algunas preguntas.

Aunque significativo, lo que despunta en su carta abierta, no es una primicia. Dentro, pero sobre todo desde los márgenes donde se ha bebido con emoción y gratitud de la Misión Integral, muchos han dicho esto antes recibiendo, de los “Agentes Smith” de nuestra Matrix, la correspondiente distinción bíblica para los profetas incómodos: pedradas.

La propuesta teológica de la Teología de la Liberación[1] | Por Juan Stam

Mural de Cerezo Barredo, Pintor de la Liberación
En una video-entrevista sobre Teología de la Liberacion, don Dayton Roberts le preguntó a René Padilla: "Si un discípulo tuyo se matriculara en algún seminario donde enseñan la teología de la liberación, ¿qué consejo le darías?". Don René contestó con mucha seguridad: "Lo mismo de San Pablo: Examinadlo todo, retened lo bueno" (I Tes.5.23; cf. I Cor 3.21-23, 9.19-22, II Tm.1.7).

Si nos sentimos firmes en nuestra teología evangélica y bíblica, realmente no tenemos por qué temerle a la T.L., ni obsesionarnos con ella, como tampoco "enamorarnos" ciegamente de ella. Creo que los evangélicos (aparte honrosas excepciones como René Padilla y Orlando Costas) no han sabido responder seriamente a esta nueva corriente teológica latinoamericana. Dos reacciones erradas han predominado casi exclusivamente entre nosotros: el "sí ciego" de algunos pocos que se han apasionado por la T.L. y poco lo han confrontado con la tradición evangélica; y por otro lado, el "no sordo" de muchos que ven en la T.L. una amenaza diabólica y la denuncian sin haberla escuchado ni entendido. Éstos se dedican a atacar como "herejías" supuestos errores que en realidad no enseñan los teólogos de la liberación (cuando se analiza objetivamente, con seriedad teológica), y no han sabido entender y apreciar evangélicamente los valores, como también los defectos, de esta importante corriente teológica. Sería mucho más evangélico, exegético y paulino examinar la T.L. honesta y serenamente, retener lo bueno, y abstenernos de todo lo que, entendido con claridad, no parece ser bueno.
 
Bernabe © 2018 | Diseñado por Chica Blogger | Volver arriba