Dicen algunos analistas electorales que las iglesias de corte conservador son el factor que explica los resultados electorales. Como si un colectivo silenciado e ignorado por mucho tiempo ahora hubiera saltado a la arena política y estuviera derrotando a los viejos caciques electorales. No lo creo.
Por otra parte, dicen los líderes eclesiales (evangélicos y católicos) que este “éxito electoral” es un triunfo de la fe y de los valores que ella encarna. "La familia se respeta", por ejemplo. Dicen que Dios está venciendo y sus representantes triunfando. Tampoco lo creo.
Lo que sí pienso es que el llamado “giro conservador” que observamos en nuestras sociedades explica la visibilidad electoral del conservadurismo religioso (ahora unido en “santa alianza ecuménica” con la Iglesia católica). Las democracias liberales están en crisis y, ante la incapacidad de reacomodarse en esta transición, las sociedades levantan cercas conservadoras para refugiarse en ellas. Las iglesias acuden a este refugio y lo legitiman con un enclenque discurso teológico.
Al decir que las comunidades de fe son objeto y no sujeto, no con ello estoy diciendo que la religión y la organización política no se entrelacen y condicionen mutuamente (M.Gauchet). Las sociedades conservadoras (Colombia y Costa Rica entre las primeras) y las expresiones conservadoras de la religión se interrelacionan de manera dinámica. Tampoco quiero decir que la totalidad de las expresiones cristianas sean conservadoras (¡A Dios sean las gracias!). Hay sectores cristianos que practican la fe de otra manera, conciben la moral desde otras perspectivas y participan en los procesos sociales con otros planteamientos políticos.
Finalmente una observación como pastor (evangélico bautista para más señas) y teólogo. Los “exitosos resultados” electorales de los sectores del conservadurismo eclesial no nos ponen ante la evidencia del triunfo del testimonio cristiano, sino que, por el contrario, lo exponen ante su mayor riesgo: el de ocultar su talante profético prefiriendo usufructuar su capacidad electoral.
Sobre el autor:
El pastor y teólogo Harold Segura es colombiano, radicado en Costa Rica. Director de Relaciones Eclesiásticas de World Vision International y autor de varios libros. Anteriormente fue Rector del Seminario Teológico Bautista Internacional de Colombia.
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