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Atomización y confusión en el mundo llamado evangélico | Por Jorge León



Conozco algunos cristianos que durante muchos años se identificaban como “evangélicos”, que ahora han abandonado dicho término para sustituirlo por el de “protestantes” para evitar ser confundidos con algunos que son llamados “evangélicos” o “evangelistas” y que no dan un buen testimonio cristiano. Por lo tanto, no  me ha sorprendió que la Iglesia Metodista uruguaya haya tomado una  decisión similar en el 2004.  Un despacho de la Agencia Prensa Ecuménica de fecha 16/07/04 nos informaba que:  “La XVIII Asamblea del metodismo uruguayo decidió cambiar el nombre de su denominación de “Iglesia Evangélica Metodista en el Uruguay” por el de “Iglesia Metodista en el Uruguay”. Continúa diciendo el despacho que: “Esa iniciativa tuvo su motivación en la importancia de adecuar la terminología a la aprobada por el Gobierno Nacional pero tenia como base conversaciones anteriores sobre la necesidad de evitar la confusión actual del término “evangélico” y “evangelista” y afirmarse en la identidad ser “metodista”. Es probable que otras iglesias hayan tomado el mismo camino. 

LA FAMILIA HOY: Una interpretación psicoanalítica de la familia y de la iglesia




El título de este trabajo no afirma ser "la interpretación psicoanalítica", sino sólo "una interpretación", entre otras posibles. Es evidente que en tan poco espacio de tiempo no es posible hacer "la interpretación psicoanalítica de la familia y de la iglesia.

Debido a la diversidad de escuelas que surgen del tronco común freudiano, no me parece correcto referirse a "la interpretación psicolanalítica", ya que cualquiera podría preguntar: ¿Cuál? Se podría encarar el tema a partir de la pretendida ortodoxia freudiana de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA); de la escuela inglesa, con Melanie Klein y otros; de la escuela francesa, con Lacan y otros, de la psicología del yo; de los  culturalistas, etc. Para delimitar mi campo de trabajo, tomaré a Freud como materia prima para las reflexiones sobre el título que me fue propuesto. Además incluiré algunos aportes lacanianos. 

LA FAMILIA HOY: La función paterna | Por Jorge A. León


LA FAMILIA HOY: Una perspectiva histórica y teológica | Cuestiones preliminares
LA FAMILIA HOY: La Función materna y las necesidades de los hijos

¿Qué entendemos por familia cristiana?


Para añadir el adjetivo  "cristiana" a una familia, es necesario definir qué entendemos por ser cristiano. Para ello vamos a partir de lo más simple para arribar a lo más complejo. Definamos que quiere decir ser chileno, argentino, ecuatoriano, etc. para después entender lo que significa ser cristiano. Ser de un determinado país es basicamente un sentimiento, una certeza de pertenencia, una identidad gratificante aún con cierto orgullo de ser lo que se es; también significa sentirse parte de un pueblo y respetar los símbolos que lo representan. Al mismo tiempo significa tener una serie de deberes y derechos.

De igual manera, no podemos hablar de ser cristianos sin comenzar por decir que se trata de un sentimiento. Uno se siente cristiano porque ha vivido una experiencia personal única, el encuentro con Jesucristo. Tenemos la certeza de nuestra salvación, no por derecho sino por gracia, por cuanto todos somos pecadores. Cristiano viene de Cristo, luego en el ser cristiano está implícita una pertenencia que trae gozo a nuestros corazones. Pertenecemos a Jesucristo y tratamos de dar testimonio de su vida y enseñanzas. Esa pertenencia nos identifica como cristianos, esa es nuestra identidad, somos eso y no otra cosa. Por otra parte no somos los únicos cristianos, por lo tanto tomamos conciencia de pertencer a un pueblo multirracial, multinacional,   plurilingüe y pluriconfesional que denominamos LA IGLESIA. Es decir, existen muchas razas, naciones, lenguas y denominaciones religiosas, pero, para Dios-Padre, hay UNA SOLA IGLESIA, LA SUYA. Esa Iglesia, comunidad de fe y testimonio, tiene sus símbolos que  representan la naturaleza de nuestra fe, los cuales reverenciamos y respetamos.

LA FAMILIA HOY: La función materna y las necesidades de los hijos | Por Jorge A. León

Artículo anterior: LA FAMILIA HOY: Una perspectiva histórica y teológica | Cuestiones proliminares

El concepto bíblico de misterio se refiere a una verdad que Dios ha mantenido velada por algún tiempo para darla a conocer en un momento determinado, según su voluntad. Entonces lo velado se transforma en re-velado. La revelación del misterio pertenece al campo de lo divino. Luego, cuando pensamos en: La familia hoy, una perspectiva histórica y teológica, estamos hablando de revelación.

El problema hermenéutico es el más grave hoy para la reflexión bíblico-teológica. No existe una exégesis ni una hermenéutica quimicamente pura y no pretendo que la mia lo sea. Cada uno, al interpretar la Biblia, lo hace según su propia formación, poniendo algo de lo suyo, lo cual es inevitable. Lo ideal es permitir que la Biblia nos hable en el contexto de nuestro tiempo como lo ha hecho a lo largo de la historia de la Iglesia. Debemos evitar que nuestros prejuicios amordacen la Palabra de Dios que tiene un mensaje para todos los tiempos y para todas las culturas.

San Pablo nos dice: "dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo, de reunir todas las cosas (anaquefalaiosis) en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra" (Efesios 1:9-10). En el concepto de familia que encontramos en Efesios 5:21-33 y 6:1-9 aparecen tres factores en la dinámica familiar: El padre, la madre y los hijos. En el misterio revelado hay un cuarto factor que no se ve a simple vista.

LA FAMILIA HOY: Una perspectiva histórica y teológica | Cuestiones preliminares | Por Jorge A. León

Si ponemos la mira en la familia hoy, lo histórico como interpretación descriptiva del accionar humano en su diacronía, en mi opinión, pasa a un segunda plano por una razón muy sencilla: En la geografía de un país pueden convivir simultáneamente largos períodos de historia de la humanidad. Supongo que el estilo de vida familiar característico de la ciudad de Viña del Mar, no es el mismo que el de una provincia lejana. Esta realidad la vemos con mayor claridad en un país como Brasil donde encontramos varios siglos de diferencia histórica entre la población de San Pablo o Rio de Janeiro y los habitantes del corazón de la selva amazónica. Aún en una ciudad como Buenos Aires encontramos padres que viven, y pretenden hacer vivir a sus hijos, según el estilo de vida de cuando ellos eran jóvenes. Luego, al referirnos a la familia hoy, no debemos suponer que existe uniformidad histórica en los habitantes del planeta en los distintos momentos de la humanidad, y mucho menos en las postrimerías del siglo XX.

Es imposible equiparar a todos los seres humanos en una misma historia. En otras palabras, no podemos hacer con el hombre lo mismo que con la leche: Homogenizarlo y pasteurizarlo. Cada ser humano tiene su historia particular porque nace en una familia con cierto nivel de salud o enfermedad mental, espiritual y física. El recién nacido tendrá la oportunidad de desarrollarse según el modelo de salud o de enfermedad de sus progenitores. Hay funciones específicas que debe cumplir tanto el padre como la madre. En los primeros años de vida se estructura lo que será cada sujeto. Una vez logradas las estructuras singulares, cada sujeto, inconscientemente, habrá estereotipado su estilo de vida, que lo conducirá a la repetición de determinado tipo de conducta. A menos que Dios haga un milagro.

En el Umbral de la Muerte | Por Jorge A. León

Encontrarse en el umbral de la muerte es una experiencia singular; porque ante ella, cada ser humano responde en forma diferente. Cada uno vive su propia vida y muere su propia muerte. Cada uno se aproxima a la muerte según ha vivido su vida. Durante nuestra vida terrenal estamos acompañados por familiares y amigos; pero ante la muerte, estamos completamente solos. En el momento de morir, podemos estar acompañados por seres muy queridos, pero es uno el que va a partir, los demás se quedan.

Todos los seres humanos tenemos modelos con los cuales nos identificamos; los cristianos deberíamos tener a Jesús como modelo y a Pablo como ejemplo. Jesús vivió como Verbo Encarnado (Juan 1:1-5) para morir por la redención de la humanidad, de lo cual los cuatro Evangelios dan testimonio. Podemos afirmar que mientras estuvo con nosotros, siempre fue consciente de encontrarse en el umbral de la muerte.
 
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