Por Juan Stam, Costa Rica
Los
epítetos "conservador" y "liberal" son membretes que suelen manejarse
con poca claridad y precisión. Son calificativas sujetivas, en que
"conservador" es cualquier persona "a la derecha" mía (¡otro término muy
relativo!) y "liberal" es cualquier persona "a la izquierda" de donde
me ubico yo. A quién no me gusta, fácilmente lo califico de
"fundamentalista" o al contrario, de "modernista", sin tener la menor
idea qué significan teológica e históricamente esos términos.1 De manera
similar, para muchos "ortodoxia" significa "cualquier doctrina que me
parece aceptable" y "herejía" equivale a "toda doctrina que yo rechazo".